Pablo y su amigo
Había una vez un niño, que se llamaba Pablo, que quería ir al espacio.
Pasaron los años y... cuando Pablo tenía treinta años se fue con un cohete con la armada española. Pasaron por Marte, Júpiter, Saturno, Venus, Urano. Júpiter fue el que más le asombró porque era muy grande.
Después del recorrido, se quedó en este planeta y allí encontró a un extraterrestre que se llamaba Deniss. Se hicieron muy buenos amigos, jugaron mucho, se divirtieron y, de pronto, el extraterrestre Deniss comentó que se tenía que ir a la Tierra y Pablo le dijo:
Yo también quiero irme para mi casa. ¿Sabes dónde es?
No lo sé- respondió Deniss.
Yo vivo en Málaga- continuó Pablo- es una ciudad chulísima. Tiene playa, tiene un lugar que se llama La Alcazaba. También tiene un sitio donde nació un pintor muy famoso que se llamaba Picasso y el museo de este pintor.
Deniss, convencido por Pablo, se fue con él a Málaga y casi empieza a llorar al ver esta ciudad por a ventanilla del cohete. Cuando el cohete aterrizó, Pablo se dirigió a su trabajo y Deniss se quedó viendo la ciudad, haciendo tiempo para que Pablo saliese del tabajo, a las 13 horas.
Deniss quería saber qué trabajo tenía Pablo pero descubrió que ¡Pablo no trabajaba!
Deniss le dijo a Pablo:
¡Me has engañado!
No-le explicó Pablo- no te he engañado. Cuando esta mañana me dirigía a mi trabajo, a las 7,30, me encontré con un cartel en el que ponía:” Cerrado por quiebra”.
Deniss lo entendió y Pablo y él se fueron a buscar trabajo. Primero fueron a ver si podrían ser carpinteros.
En su primer día de trabajo a Pablo le sucedió una tragedia, se pegó un martillazo en un dedo. Deniss llevó a Pablo al médico y le curaron. Con esta experiencia a Pablo se le ocurrió que podría ser médico para poder curar a las personas.
Pablo estudió mucho y se hizo un buen médico, pero pasando el tiempo, vio muchas personas enfermas y él no podía ver sufrir a la gente, así que dejó la medicina y buscó otro trabajo. Como era muy aventurero, se preparó ara ser astronauta. Tuvo que estudiar muchísimo pero a él no le importaba. Lo bueno es que Deniss quería volver a Júpiter porque en la Tierra no tenía más amigos que a Pablo, sin embargo en Júpiter tenía a su familia y a muchos amigos, así que se unió a Pablo y los dos se fueron a Júpiter.
Cuando llegaron al planeta Deniss le preguntó a Pablo que si quería quedarse con él pero Pablo le respondió que no porque quería volver a Málaga con su familia y sus amigos, pero que con su nuevo trabajo de astronauta le visitaría.
Deniss se echó a llorar pero Pablo le consoló diciéndole que la amistad de verdad no se pierde, que volverían a encontrarse y además estarían en contacto a través del correo electrónico o de Tuinter.
Los dos amigos reconocieron que cada uno estaba mejor en su entorno. Se abrazaron, se despidieron y desearon volver a encontrarse aunque fuese a través los emails.
De pronto sonó el reloj y... ¡todo había sido un sueño! Pero un sueño muy bonito.
Cuando Pablo volvió al colegio le comentó a su amigo Deniss su sueño y los dos se rieron mucho per reconocieron que eran muy buenos amigos y eso era muy importante.
Ha sido una gran experiencia, no ya por la visita en sí, que lo mereció, pues el Museo está muy bien ya que la mayor parte de los cuadros son impresionismo, realismo, costumbrismo, etc. La pintura que comprendo y, quizás por eso, me gusta.
En nuestra clase tenemos un alumno, Adrián, que sabe muchísimo sobre dinosaurios.
Pablo estudió mucho y se hizo un buen médico, pero pasando el tiempo, vio muchas personas enfermas y él no podía ver sufrir a la gente, así que dejó la medicina y buscó otro trabajo. Como era muy aventurero, se preparó ara ser astronauta. Tuvo que estudiar muchísimo pero a él no le importaba. Lo bueno es que Deniss quería volver a Júpiter porque en la Tierra no tenía más amigos que a Pablo, sin embargo en Júpiter tenía a su familia y a muchos amigos, así que se unió a Pablo y los dos se fueron a Júpiter.
Deniss se echó a llorar pero Pablo le consoló diciéndole que la amistad de verdad no se pierde, que volverían a encontrarse y además estarían en contacto a través del correo electrónico o de Tuinter.
De pronto sonó el reloj y... ¡todo había sido un sueño! Pero un sueño muy bonito.
