martes, 20 de diciembre de 2011

Ave Fénix



Ave Fénix

Es un ave mitológico de tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de fuerte pico y garras. Se trata de un ave fabulosa que se consumía por acción del fuego cada 500 años, para luego resurgir de sus cenizas. Según algunos mitos, vivía en una región que comprendía la zona del Oriente medio y la India llegando hasta Egipto, en el norte de África. Muy presente en la poesía árabe.



Mito


Según la leyenda cristianizada, el ave Fénix vivía en el Jardín del Paraíso y anidaba en un rosal. Cuando Adán y Eva fueron expulsados, de la espada del ángel que los desterró surgió una chispa que prendió el nido del Fénix, haciendo que ardieran éste y su inquilino. Por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le concedieron varios dones, siendo el más destacado la inmortalidad a través de la capacidad de renacer de sus cenizas.

Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El Fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave Fénix, siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años.


El mito del ave Fénix alimentó varias doctrinas y concepciones religiosas de supervivencia en el más allá pues el Fénix muere para renacer con toda su gloria.

Fue citado por los sacerdotes egipcios de Hellópollos, el griego Heródoto, los escritores latinos Plinio el Viejo, Luciano, Ovidio, Séneca y Claudio Claudiano y los cristianos Pablo de Tarso, el Papa Clemente de Roma, Ambrosio. En el Antiguo Egipto se le denominaba Bennu y fue asociado a las crecidas del Nilo, a la resurrección y al Sol.

El Fénix ha sido un símbolo del renacimiento físico y espiritual, del poder del fuego, de la purificación y la inmortalidad. Según el mito, poseía varios dones, como la virtud de que sus lágrimas fueran curativas.
Deniss Nikulin, 6º A. 20 de diciembre de 2011




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