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Érase una vez un perro, que se llamaba Rodolfo, que vivía con un dueño muy malo, que le pegaba, le insultaba, etc . El perro se quería escapar pues estaba harto de vivir de aquella manera y quería buscar unos dueños que le quisiesen más.
Un día se escapó de la casa y vivía en la calle pero, claro, al no tener cuidados se llenó de pulgas y así nadie le quería .
Cuando todo parecía perdido el perro se hizo amigo de un gata que se llamaba Rabunstana y que estaba muy triste y el le preguntó:
- ¿Qué te pasa?
- Que mi amo me ha abandonado, respondió Rabustana.
- Lo siento por ti, Rabustiana, dijo Rodolfo.
Rabustiana y Rodolfo se fueron en busca un hogar pero nadie les quería porque eran de la calle y, así, caminando, caminando, llegó la noche y se tuvieron que ir a dormir a una caja de cartón que estaba al lado de una papelera. Pero, de pronto notaron que ¡la caja se movía! Rabustian y Rodolfo levantaron la caja a ver cual era la causa de que se moviese y descubrieron que dentro de la caja había ¡un mono!
- ¿Podemos pasar aquí la noche ?, preguntaron Rodolfo y Rabustiana
- Pues sí, así no estaré tan solo, dijo Bonstains, que así se llamaba el mono
Pasaron la noche con el mono, dentro de la caja, para resguardarse del frío de la noche.
A la mañana siguiente Rodolfo y Rabustiana se iban a ir a Italia después de desayunar y le preguntaron a Bonsains que si quería irse con ellos, él les respondió que sí, que como no tenía familia pues le daba lo mismo un sitio que otro así que se fueron los tres camino de Italia.
De pronto empezó a llover, a llover y se metieron en una alcantarilla para resguardarse de la lluvia. La alcantarilla cada vez traía más agua y en el agua... vieron a un caimán. Al principio les dio un poco miedo pero, cuando se fijaron, vieron que tenía pinta de ser bueno. Al llegar a su lado, el caimán se presentó y les dijo:
- Me llamo Earls. Y vosotros ¿cómo os llamáis ?
- ¡ Aaaaaaa hhhhh! ¡Qué susto nos has dado! Nosotros somos Bonsains, Rodolfo y Rabustiana .
- Lo siento amigos, dijo Earls, no era mi intención.
Los tres amigos se presentaron uno a uno:
- Yo me llamo Bonsain
- Y yo me llamo Rodolfo
- Y yo soy Rabustana
- Encantado de conoceros. ¿ Por casualidad no habréis visto a mi amigo Robus?, dijo Earls.
- No, respondieron Bonsains, Rodolfo, Rabutiana. No sabemos quién es.
- Estoy aquí, se oyó una voz que pertenecía a Robus, u pequeño ratoncito.
- Cuando escampe, ¿os venís a Italia con nosotros? - pregunto Rodolfo
- ¡Sí!, respondieron Robus y Earls
Salieron de la alcantarilla y caminaron sin descanso hasta que divisaron un puente y a lo lejos ya estaba la frontera de Italia. Siguieron caminando, pasaron por encima del puente paro, a pero a mitad de él, ¡había un tigre!
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh!, exclamaron todos con terror.
La pandilla comenzó a correr y correr, pero el tigre, que les perseguía, pues tenía mucha hambre, casi, casi les pilla cuando llegaron a la frontera y los carabinieri, los guardias fronterizos los acogieron y se salvaron por muy poco.
Ya en Italia, recorrieron las cales y allí, con el tiempo encontraron una gente muy buena que los acogió en su casa.
Rodolfo y Rabustiana encontraron un dueño, que se interesó por ellos. Les cuidó y mimó y vivieron muy felices.
A Earls y a Bonstains les acogieron en el zoológico .
El chiquitín Robus encontró una familia de ratones.
Robus les presentó su familia.
Cuento escrito por José Carlos Martínez Sánchez, 6º A.
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