El sapo y la pececita
Érase una vez un
sapo que vivía en una charca y se llamaba Pasut.

Al volver a su casa
habló con sus amigos Peréz y Zerép, que eran gemelos y les dijo:
- Hoy vi a una
pececita muy bonita y me enamoré de ella.
Los otros sapos le
respondieron:
-Ese amor es
imposible. ¿Cómo un sapo puede querer a un pez?
Entonces el sapo muy
triste se fue a dormir y estuvo soñando con la pececita.
A la mañana
siguiente Pasut se levantó temprano y se fue a hablar con la
pececita y dijo:
- Pececita, pececita. Me gustas mucho. Creo que me he enamorado de ti.
- La pececita, que
se llamaba Yolanda, le contestó:
-Yo también,
cuando te vi, me enamoré de ti. No nos rendiremos y
lucharemos por nuestro amor.
El sapo, sin
pensárselo, se tiró al agua y dio un bonito beso a la pececita y,
¿sabéis qué paso? ¡Pues claro! La pececita se convirtió en sapo.
Los dos estaban muy contentos pero el sapo como quería mucho a la
pececita le dijo:
- No me parece justo que tú renuncies a tu forma de ser. Vamos a unir nuestras patitas y vamos a pedir un deseo.
- ¿Qué deseo tienes?
- Pues que seamos, los dos, al mismo tiempo para poder estar siempre juntos, unas veces peces y otras veces sapos.
- ¡Bien!, respondió muy contenta la pececita.Y así sucedió. Unas veces tenían la forma de pez y otras de sapo. ¿Que cómo pudo ser? Muy fácil. El amor todo lo puede
Deniss Nikulin, 6º A
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